miércoles, 27 de agosto de 2014

La controversia de un pintauñas

Imaginen un esmalte de uñas que detecta la presencia de drogas en una bebida alcohólica. ¿Cómo? Basta con remover un poco el trago con el dedo y observar si el color cambia. Este producto permitiría que las mujeres sepan si su bebida ha sido manipulada con las llamadas drogas de violación, uno de los métodos más empleados previo a un ataque sexual contra la mujer.

Bueno, es muy probable que este producto salga a la venta dentro de poco. Undercover Colors es una compañía fundada por cuatro estudiantes, todos hombres, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. El pintauñas todavía está en desarrollo, y es posible donar a la investigación a través de este enlace.

Fuente.


¿Comprarían el esmalte?

Es un producto atractivo, que podría usarse incluso si una chica no acepta bebidas de desconocidos, pero quiere pedir un trago y no le basta con confiar en el mesero. Sin embargo, Undercover Colors ha suscitado controversia de parte de algunas mujeres, en sitios como Feministing y HuffPostWomen (el cual, por cierto, tiene plagio del primero). ¿Qué es lo principal que estas y otras mujeres (e imagino que hombres también) denuncian? Afirman que este esmalte es una forma de desviar la atención del culpable -el violador- y poner en la víctima -la mujer- la responsabilidad total de la violación. Incluso proponen que, en lugar de estar empleando dinero en proyectos como este esmalte, debería invertirse en programas de educación para los violadores "en potencia".


No creo que estén en lo correcto, al menos no en todo.


Tomar una medida como "me pintaré las uñas con este esmalte para descubrir si hay drogas en mi bebida" es solo un método más de protección personal. Como mujer, considero que no debo pensar en mí como una víctima de un mundo cruel y machista. Debo pensar en mí como una persona enfrentada a peligros injustos, que no deberían existir, pero que después de todo existen y seguirán ahí, peligros que también perjudican a los hombres. Claro que se pueden y deben llevar a cabo programas educativos para enseñar (¿recordar?) que una violación es una agresión y un crimen, y jamás es culpa de quien la sufre (que en este caso sí es "la víctima"). Pero estos programas no darán resultado de un día a otro y, aunque sea molesto y duela, quizás nunca resuelvan del todo el problema de las violaciones. Lo mismo con los robos, los homicidios, etc.

Los cuatro fundadores de Undercover Colors. De izquierda a derecha: Ankesh Madan, Stephen Grey, Tasso Von Windheim y Tyler Confrey-Maloney. Fuente.

Aunque no resuelvan los problemas en su totalidad, los programas educativos sí pueden ayudar. Pero mientras estos mejoran la situación, yo también estoy en mi derecho de contar con productos con los que me sienta más segura.


Para poner casos análogos:
-Si una casa tiene alarma anti-robos, ¿se está promoviendo que los ladrones entren a llevarse los bienes? No. Es una medida de prevención. Y si no se tiene una alarma anti-robos por los costos o por cualquier motivo, y alguien se lleva algunos bienes, la culpa es del ladrón, pero no por eso se dirá que el vecino que sí tiene una alarma promovió el robo de casas.
-Si en una ciudad hay zonas altamente inseguras y por ello una persona decide no movilizarse en ellas, ¿está incitando a los asaltantes u homicidas a que continúen sus crímenes? No. Está evitando áreas peligrosas. 
-Si esa persona no tiene más remedio que moverse en zonas inseguras, pero decide ocultar sus objetos de valor para prevenir un robo, ¿está invitando a que surjan más ladrones? No. Está protegiéndose de la manera en que puede hacerlo.
-Si se toman clases de defensa personal, ¿se invita a un ataque de parte de otro? No. La persona solo quiere aprender a defenderse.

Y ustedes pueden pensar en otros casos similares.


Por lo tanto, al aplicarme un esmalte de uñas que detecta drogas, no estoy diciendo que la mujer sea la responsable en un caso de violación. Estoy reafirmando mi capacidad de protegerme como puedo. Claramente no hará desaparecer a los violadores, pero al menos permitirá que una mujer tome un trago con confianza. Y quién sabe, esto quizás sí produzca un cambio en el número de ataques sexuales: quien pretende violar a una chica, ¿se arriesgará a drogarla o temerá que ese brillo o color en sus uñas sea un detector de tales sustancias?

¿Y si el acompañante o el chico que ofrece la bebida se ofende porque la chica revisa si su esmalte ha cambiado de color? No tendría sentido. Ella tiene el derecho de reafirmar su confianza en esa persona.


Por último, conviene recordar que ir en contra de productos como el esmalte de Undercover Colors no hace a nadie más feminista.

2 comentarios:

  1. Bueno, me dejó algo desconcertada este artículo, Miranda.
    Es claro que abre puerta al debate y creo que estoy de acuerdo con tu postura, pero como siempre las implicaciones de los hechos son el impedimento a poder tomar una decisión respecto a algo.
    Me encanta que las nuevas entradas sean tan variadas.
    ¡Fui la primera seguidora! Espero sea buen augurio.

    Un abrazo, Mir.

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Bárbara!
      ¿Qué es lo que te ha dejado desconcertada? No sé si te he comprendido bien.
      Pienso que, como mujeres, no deberíamos vivir tan pendientes de un posible ataque sexual. Desgraciadamente, no vivimos en un mundo perfecto y nadie puede darse el lujo de confiar totalmente en un desconocido, y a veces hasta debemos cuidarnos de los conocidos. Nunca es culpa de la víctima, pero si podemos hacer algo por detener a quien pretende hacernos daño, e incluso denunciar su intento de ataque, poner en práctica esas medidas no nos hace partidarias de un mundo sexista y machista, y tampoco es quitarle la responsabilidad al culpable. Además, podemos educar a las personas mientras nos protegemos a nosotras mismas, y esto no solo se aplica al tema de las violaciones.

      Gracias por tu comentario, y tienes razón, se abre puerta al debate.

      ¡Para mí es un gusto que hayas sido mi primera seguidora!

      Un abrazo para ti también.

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